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Recuperemos nuestra mente.

Después de pagar unas cuentas y transitar una larga fila, vuelvo a casa reflexionando. Me di cuenta que, más allá del fastidio de hacer la fila, había otra parte de mi que había disfrutado de estar ahí. Al rato fue evidente: estaba ahí haciendo una única tarea. Instintivamente había dejado mi celular en casa. Cada vez estoy más consciente de la paz que siento cuando, por un rato, dejo de lado mi celular y la compu.  

Me parece importante aclarar que no estoy en contra del uso de la tecnología. De hecho, uso varias redes sociales. Tengo whatsapp, estoy construyendo una app como emprendimiento personal (tema aparte) y, además, uso este blog como medio de difusión. Veo el valor en la tecnología y, al mismo tiempo, veo las cuestiones que como usuarios tenemos que tener en cuenta. Mi intención es hablarles sobre la salud (mi terreno) y la tecnología y compartir con ustedes algunas propuestas para desarrollar un vínculo más saludable con la tecnología:

La tecnología es una herramienta

Para que nuestro vínculo con la tecnología sea saludable es importante entender que la tecnología es una herramienta. Lo que hagamos con ella o lo que ella sea capaz de hacer depende en gran parte del tipo de uso le demos como usuarios.

La vulnerabilidad de la mente ante los estímulos

Los dispositivos móviles y las aplicaciones están generando sistemas y contenidos especialmente diseñados para mantenernos online lo más posible. Buscan captar al usuario, que se quede y que vuelva varias veces. La competencia pasa por captar aunque sea un poquito de nuestra atención. En este escenario, nuestra mente queda vulnerable, saturada de información y con poco espacio para llevar nuestra atención a las cosas que realmente importan: nuestros proyectos de vida, conversaciones con familiares o amigos, cuidado físico y mental, nuestra salud, el trabajo, etc.

Disponible las 24hs

Nos instalaron el chip de que somos más eficientes estando disponibles las 24hs del día. Esto no es cierto. Con las “distracciones” constantes que recibe nuestro cerebro (notificaciones del celular, mails, llamadas, programas de televisión, audios, etc) nuestra atención se encuentra dividida y repartida en muchos focos diferentes. El resultado de esto es que nos cuesta muchísimo enfocarnos plenamente en una sola tarea y terminamos siendo ineficientes. Por ejemplo ¿notaron lo difícil que resulta leer un libro últimamente?.

Algunas propuestas para recuperar la mente:*

-Silenciar el celular y apagarlo de noche. Si lo usás como alarma, podés comprarte un reloj de mesa o analógico. Si, todavía existen.

– Configurar las aplicaciones para recibir la menor cantidad posible de notificaciones en la compu y en el celular, y así elegir cuándo consultar tu mail o ver las novedades de las redes sociales.  

– Si estás trabajando en algo importante del laburo o de la facu y necesitás concentración, probá alejar el celular y ponerlo en silencio. Por ejemplo, lo podes dejar en otra habitación o cargando lejos de tu escritorio.

-Si vas a hacer alguna compra o diligencia podes dejar el celular, llevar un libro o salir con nada. Es una buena práctica para vivir en el momento, sea lo que sea que hagas. Vas a notar que tu mente lo agradece.

Como con una relación viciosa, al principio puede que sientas resistencia al separarte de tu celular o computadora, y no van a faltar excusas para volver a retomar el hábito. Eso es la resistencia. Pero recordá, necesitás a tu mente funcionando para y con vos, en el momento, y los más pequeños cambios en nuestra rutina pueden cambiar la forma en la que vivimos, trabajamos y hasta vinculamos – con nosotros mismos y con los demás.  

 

*Avisos y condiciones: todo eso sí depende de vos.

¿Por qué es importante sentir?

Con el ritmo que llevamos hoy, el sentir perdió el lugar de privilegio que tenía en nuestra infancia o el que le dimos como humanos en otros momentos de la historia. En lugar de sensaciones y sentimientos depositamos, cada vez más, pensamientos. La mente nos hace dudar, nos confunde y, a veces, nos hace sentir mal. No porque haya algo malo con ella en sí, somos nosotros los usuarios que la estamos usando de manera poco saludable y nos olvidamos que la mente es sólo una parte de todo lo que nos conforma. Hay que tener en cuenta que la mente no es neutra, viene acompañada de nuestro condicionamiento. A veces podemos identificarlo y no oírlo, otras veces puede fallar. Es en ese momento cuando el malestar suele instalarse.

Otro punto importante a entender es que la mente no diferencia entre las cosas que pensamos y las que son reales. Si pensamos algo en cierto nivel lo volvemos real. Por ejemplo: si pensamos que somos incompetentes para realizar cierta tarea, nuestro cerebro lo va a tomar como una verdad, independientemente de que lo seamos en verdad. Evidentemente esto puede condicionar tanto limitaciones o potencias, depende de la naturaleza de nuestro pensamiento (si nos tiramos para abajo o si somos optimistas y nos alentamos todo el tiempo).

Con todo esto no estamos hablando de reprimir pensamientos ni mucho menos. No es esa la búsqueda que proponemos acá. Estamos empezando a hablar de por qué es importante acotar a la mente. Ese es el primer paso. Lo que sigue es retomar el sentir. Nuestro cuerpo es el gran protagonista.

Con sentir no nos referimos a la interpretación de lo que sentimos, nos referimos a solo sentir lo que sea que ocurre (factores externos), lo que sea que nos ocurre (factores internos), en el momento (ahora).   

Cuando logramos sentir, la mente se aquieta. En lugar de un embotellamiento de pensamientos, tenemos una ruta despejada. Cuando logramos sentir notamos cosas que no habíamos notado antes. Cuando logramos sentir vivimos plenamente el mundo interno y el mundo que nos rodea. Cuando logramos sentir no somos un ser dividido o segmentado por nuestra cabeza, somos una unidad eficiente y plena.

Además de ayudar a aliviar dolencias o malestares, la Osteopatía nos puede ayudar a reconectar con nosotros mismos. Para poder sentir y trabajar, el Osteópata entra en un silencio interno de concentración y relajación, producto de una búsqueda profunda del origen del malestar del paciente. Esta clase de silencio se puede transmitir al paciente en forma natural que, a lo largo de una o varias sesiones, va entrando en una sintonía de relajación. El Osteópata le espeja al paciente lo que siente y observa y a través del trabajo lo ayuda a sentir.          

Por eso el trabajo es conjunto y enriquecedor para ambas partes.

 

La Osteopatía y otras disciplinas – Parte 2.

Una vez más me detengo a contextualizar a la Osteopatía dentro del campo de otras medicinas. A continuación haré una pequeña descripción de la Medicina Tradicional China (MTC), la Homeopatía y la Traumatología y buscaré puntos en común y diferencias con la Osteopatía.

Arranquemos con la Traumatología. Es una rama de la medicina quirúrgica que se focaliza en el tratamiento e identificación de lesiones en el aparato locomotor (articulaciones, músculos, huesos, etc.). Estas lesiones pueden ser de origen traumático (golpe o torcedura efectuado por un agente externo), congénito (desde el nacimiento) o reumático (grupo de enfermedades específicas).  El tratamiento varía según la gravedad y localización de la lesión y el contexto del paciente. Cuando hablamos de localización nos referimos a que no es lo mismo, por ejemplo, una fractura de tibia que una en dedo meñique. Sin embargo, no va ser lo mismo una fractura expuesta (en donde el hueso rompe el tejido blando y sale hacia afuera) que una pequeña fractura sin desplazamiento, en donde la gravedad es menor. En este caso va a importar más la gravedad de la lesión que la localización. Por último: el contexto, es decir, la vida personal, la edad, las enfermedades previas y el sexo van a ser importantes en el momento de decidir un tratamiento. Por ejemplo: la diferencia de un esguince en un joven deportista y en un anciano.  

El tratamiento se elige considerando estas variables. El profesional puede elegir un abordaje quirúrgico para reparar la lesión o utilizar otro tipo de elementos terapéuticos (férulas, yesos, cabestrillos, vendas, etc.). También puede derivar a otra especialidad si lo considera necesario.    

Al diagnóstico se llega con la unión de testeos (movilidad de la articulación, funcionalidad muscular, etc), observaciones (cambios de coloración de los tejidos, deformaciones, etc.) y resultados de estudios complementarios (resonancias, placas, etc). Resaltemos el uso de la palabra “complementario”. Los resultados en forma aislada son insuficientes para realizar un diagnóstico correcto.  

Puntos en común y diferencias con la Osteopatía: ambas disciplinas abordan el sistema locomotor. Sin embargo, la Osteopatía, también trabaja otros sistemas. El digestivo, el respiratorio, el nervioso, son algunos ejemplos. Los Osteópatas no operan ni utilizan elementos externos en el tratamiento. Sólo usan sus manos. En el caso de una lesión traumática, el Osteópata puede acompañar en el proceso de sanación y en la rehabilitación una vez curada la lesión. Sin bien hay diferencias, los Osteópatas también utilizamos test, observación y estudios complementarios (con menor importancia) para nuestro diagnóstico.

PH: Raw Pixel. Unsplash

 

Continuaremos con la Homeopatía. Fue desarrollada por Samuel Hahnemann, médico y farmacéutico alemán, en el siglo XVIII. Si bien hoy en día es un requisito ser médico o veterinario para poder estudiar Homeopatía, se la considera una medicina complementaria, con su propia filosofía y abordaje. Es una disciplina compleja y para entenderla profundamente no alcanza esta entrada. Mi intención es que el lector se lleve una idea general. Lo distintivo y principal de la Homeopatía es la “Ley o Principio de la Semejanza”. Esta establece que aquella sustancia que genera determinados síntomas en el paciente, es la misma que lo curará (con la administración adecuada). Se cree que de esta manera el cuerpo generará los anticuerpos (sistema de defensa del cuerpo) para autocurarse.  Los medicamentos homeopáticos suelen presentarse en forma de glóbulos, comprimidos, gotas o ampollas. Su composición es de origen vegetal mezclado con algún excipiente que le da forma y consistencia, por ejemplo el azúcar en el caso de los glóbulos. La elección de la dosis y medicación depende del cuadro del paciente y se basa en las enseñanzas dejadas por Hahnemann. 

Si bien en su origen la Homeopatía es una sola, con el paso de los años se generaron dos tipos de abordajes: los unicistas y  los pluralistas. Los primeros consideran que se debe utilizar un único medicamento en el tratamiento del paciente. Por el contrario, los pluralistas utilizan varios medicamentos para aliviar distintos síntomas.

Puntos en común y diferencias con la Osteopatía: ambas disciplinas comparten el concepto de autocuración. Dicho en otras palabras, la capacidad propia de cada cuerpo de auto curarse. Ambas disciplinas nacen en la misma época y si bien sus fundadores residieron en distintos continentes, probablemente fueron influenciados por similares corrientes filosóficas. La diferencia entre ellas radica en su abordaje: mientras los Homeópatas usan medicación, los Osteópatas usan sus manos.

PH: Matt Briney. Unsplash

 

Por último hablaremos de la Medicina Tradicional China (MTC). Es un sistema médico independiente que en la actualidad cuenta con distintas corrientes y escuelas. Sus bases se encuentran en la filosofía taoísta y confucionista. Estos son sus principales pilares: el concepto de Chi y de yin y yang, los cinco elementos y el sistema de meridianos.  Sus formas de terapias son: terapia nutricional, la terapia de medicamentos, medicina manual, doctrinas del movimiento como el chi kung y el tai chi y la acupuntura.

Como se puede apreciar la MTC es una medicina muy completa y compleja. En esta oportunidad solo explicaremos el tratamiento a través de la acupuntura que suele ser la temática que más despierta curiosidad. La acupuntura ,a través de la punción, trabaja sobre puntos claves en la piel, que están vinculados con órganos. Su estimulación o relajación puede liberar bloqueos energéticos y nivelar desequilibrios.

Puntos en común y diferencias con la Osteopatía: ambas disciplinas contemplan la posibilidad de que los síntomas del paciente son consecuencia de desequilibrios sistémicos. Por ello el tratamiento en ambos casos es integral. Otro punto en común es que ambas tratan gran cantidad de malestares, dolores y enfermedades. No se centran en un área en particular. La MTC trabaja sobre los meridianos y desequilibrios energéticos, entre otras cosas. La Osteopatía no trabaja directamente sobre esos puntos. Su foco principal es la identificación y tratamiento de regiones con alteración en su movilidad.

PH: Igor Ovsyannykov. Unsplash

 

Me gustaría conocer un poco qué experiencias tuvieron con todas estas disciplinas. ¿Las conocían? ¿Se atendieron con alguna de ellas? Los invito a comentar lo que consideren valioso respecto a ellas y, si tienen, alguna duda.

 

Fuentes:

-Kerckhoff, Annette. La enfermedad y la cura. Conceptos de una medicina diferente.

-Kent, James Tyler. Filosofía Homeopática.

 

La Osteopatía y otras disciplinas – Parte 1.

¿Cuál es la diferencia entre la Osteopatía y la Quiropraxia? ¿Hacen masajes? ¿Y con el reiki que tienen que ver? ¿La Kinesiología y la Osteopatía están vinculadas?

Escucho estas preguntas en mi consultorio constantemente…

A continuación haré una pequeña descripción de cada una éstas disciplinas con énfasis en las similitudes y diferencias con la Osteopatía.

Arranquemos por la Kinesiología. Es una terapia manual de base científica cuyo foco principal es el estudio del movimiento del cuerpo humano. Sus bases, al igual que la Osteopatía, se hallan en el estudio de la anatomía, la fisiología y la biomecánica entre otras. A través del examen kinésico, el profesional detectará qué estructuras del sistema músculo esquelético están afectadas y cuáles son prioritarias a tratar. El kinesiólogo tiene dos formas básicas de trabajo: manual, utilizando técnicas de masaje, ejercicio y movilizaciones articulares y con el uso de maquinaria (ultrasonido, magneto terapia, etc). Si bien su foco principal está en el sistema locomotor, hay distintas ramas que atienden otros problemas, por ejemplo la Kinesiología del sistema respiratorio.

Puntos en común y diferencias con la Osteopatía: el uso de las manos para trabajar, el estudio de materias médicas base y el tratamiento del sistema locomotor.  La Osteopatía no utiliza máquinas en su práctica y trabaja otros desequilibrios en el cuerpo además del sistema musculoesquelético. La kinesiología está incluída en el sistema médico alopático y la osteopatía representa un sistema de salud aparte con bases filosóficas y terapéuticas distintas.

En cuanto a la Quiropraxia, es una medicina complementaria fundada por Daniel David Palmer en 1895, Estados Unidos.

Su modo de trabajo se basa en la concepción de que la mayoría de los trastornos y enfermedades se deben a desplazamientos de las vértebras de la columna vertebral (llamadas subluxaciones). Estas lesiones alterarían el libre funcionamiento de los nervios espinales. Estos nervios salen de la columna vertebral y son responsables de gran parte de la función motora y la sensibilidad del cuerpo. En criollo, estos nervios proporcionan la electricidad que influye sobre el funcionamiento de órganos y otros tejidos (músculo, piel, etc.). No muy distinto de la función que cumple un enchufe en una computadora (darle energía)..

Para la corrección de estos desplazamientos, los quiroprácticos ubican a las vértebras en su lugar correcto a través de la “técnica trust”. Desde este enfoque, una vez que fue corregido el desplazamiento, el nervio comprimido queda libre y con ello la estructura afectada recupera su salud.

Médula espinal y nervios espinales. Fuente: «Anatomía para estudiantes» de Gray

 

Puntos en común y diferencias con la Osteopatía: Los osteópatas trabajamos todo el cuerpo. No tomamos una región como centro de nuestra atención. Esto incluye a la columna, el tórax, las extremidades, el cráneo, las vísceras y todo el sistema circulatorio y nervioso. Trabajamos con desplazamientos vertebrales únicamente si están vinculadas directamente con el origen del malestar que trae el paciente. Éstas pueden ser en realidad adaptaciones de otras lesiones en el cuerpo. Por ejemplo: una vértebra lumbar puede estar desplazada pero una tensión fuerte en el músculo psoas ilíaco.   

Por otro lado, contamos con numerosas técnicas y formas de trabajo que incluyen la “técnica de trust” pero no en forma absoluta y constante.  

Si bien no es claro históricamente, se cree que Palmer fue estudiante de Andrew Taylor Still, padre de la Osteopatía.

En cuanto al masaje…es una técnica manual con fin terapéutico con foco en el sector superficial y profundo de las capas musculares del cuerpo. Hay distintos abordajes y formas de trabajo. Por ejemplo: masajes californianos, descontracturante, etc. La Osteopatía puede trabajar las capas musculares pero no usa la técnica del masaje.

Finalmente llegamos al reiki, que es una medicina complementaria de origen japonés. La creencia principalmente de los reikistas ( llamados también emisores o canales) es que a través de la imposición de manos se transfiere una energía vital universal que puede sanar malestares físicos o emocionales. El reiki no se limita al tratamiento en humanos, también lo aplican a animales y plantas.        

Puntos en común con la Osteopatía: durante una sesión de osteopatía puede haber movilización de energía y que el paciente o el terapeuta puedan sentir olas de calor o frío. Esto ocurre como consecuencia del trabajo osteopático, no como objetivo de la sesión.

En conclusión, la Osteopatía presenta diferencias claras con los otros abordajes. Cada una de estas terapias o medicinas puede ayudar al paciente a recuperar su salud. Lo importante es entender qué es lo que cada una de ellas tiene para ofrecernos y probar con muchas, si es necesario, hasta encontrar lo que realmente necesitamos en un momento dado.

En esta entrada hablé de estas disciplinas pero hay muchas otras muy valiosas que no fueron mencionadas acá.  

Para leer acerca de la Osteopatía click acá

 

           

Cómo llevarse bien con la tensión muscular.

¿De dónde viene la tensión muscular? ¿Por qué nos contracturamos tan fácilmente?

Hay más de una respuesta a esta pregunta. Depende del contexto y de la persona.

Sin embargo, podemos explorar algunos puntos generales que pueden ayudar a aclarar el panorama…

En el día a día se puede decir que actúan dos sistemas: el sistema nervioso simpático y el parasimpático.

El primero es el encargado de llevar a cabo nuestros mecanismos de defensa, lucha o huída. Entre otras cosas, dirige la sangre a los músculos y acelera el corazón.

El otro sistema, el parasimpático, es lo opuesto. Se activa en momentos de reposo o de descanso y cuando comemos. La típica fiaquita después de comer es el sistema parasimpático en acción. En este caso la sangre va hacia el sistema digestivo principalmente. Nos da sueño y buscamos el reposo.

Por eso nos dicen, por ejemplo, que no es conveniente meterse a la pileta después de comer. Nuestro cuerpo pone su atención en la digestión, no en los músculos para nadar. Les confieso que nunca le di bolilla, siempre me metí a la pileta después de comer. No digan nada.

Cuando una situación de estrés se presenta (de cualquier tipo) nuestro cuerpo reacciona. Eso puede ser muy útil si, por ejemplo, te persigue un loco con cuchillo.

El problema es cuando esa sensación de amenaza es constante en nuestra cabeza. Ésta no distingue la diferencia entre un pensamiento o sensaciones de peligro, de una situación “real”.

Esto significa que vamos a estar en un estado de alerta constante y ,por lo tanto, tensionados (y con otros posibles trastornos, por ejemplo, digestivos).

El reto ahora, es qué hacer con esta información…

Por lo pronto, saber todo esto, es útil.

Señala la importancia de aprovechar los momentos de descanso. Dormir apagando la cabeza sin desenchufarla de golpe por falta de batería o sobrecarga. Es importante que exista una transición entre un sistema y otro.

Mejor dar lugar a que otro sistema opere cada tanto. Que no domine siempre el sistema de defensa. Nos invita activamente a buscar momentos para nosotros. Comer con tranquilidad, por ejemplo. Sólo comer. Sin usar el celular, sin mirar la tv, sin pensar en millones de cosas que nos preocupan. Sólo comer, aunque sea por unos minutos, destinar energía a esa tarea.

Otro punto importante es entender que en esos momentos de tensión, nuestro cuerpo acude en nuestra ayuda. Nos prepara para enfrentar una amenaza. El tema no es censurar las reacciones del cuerpo si no hacer un cambio en la información le enviamos.

Además de mandar información de estrés y preocupaciones, dar información de descanso y tranquilidad, aunque sea por unos minutos, independientemente de la circunstancia.

Con esto podemos generar una diferencia y disparar futuros cambios.

En la Osteopatía podemos tratar las tensiones musculares desde esta perspectiva, entre otras. Tratamos de identificar, junto al paciente, el origen no siempre visible de su malestar. Puede estar vinculado tanto con la sobreestimulación de su sistema nervioso simpático como con otros motivos.

En una sesión de osteopatía puede presentarse este escenario y es parte de lo que tratamos en el consultorio.

Cómo llevarnos bien con la tensión muscular

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