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El sedentarismo y entrenar para estar sentado. Parte II

No hay “postura correcta” en la que podamos permanecer sentados durante mucho tiempo. Digo esto haciendo casi un copy&paste de lo que dijimos en la primera parte de la serie sobre el sedentarismo en el trabajo. Aún así, podemos incorporar buenas prácticas que minimicen los efectos secundarios si lo que nos toca, efectivamente, es pasarnos el día sentados (dolores de cuello, malestar en la espalda, etc).

La previa


Antes de hablar de la postura frente al escritorio, vamos a mencionar algunos aspectos clave a tener en cuenta cuando armes tu espacio de trabajo. Si vas a estar cotidianamente sentado frente al escritorio, es indispensable que tengas una buena silla. Hay muchas variantes y modelos pero lo más importante es que tengas la opción de regular la altura del asiento y la inclinación del respaldo. Si la silla cuenta con un apoyabrazos y un apoyacabeza, mejor. La silla que ves en la imagen de abajo es una buena opción. Aunque tampoco hace falta que mañana vayas corriendo a comprarla. Podemos adaptarnos a los elementos que tenemos a mano.

Tenemos la silla, genial. Pasemos a la compu. Si tenés una computadora de escritorio, lo único que tenés que hacer es asegurarte que tu monitor esté a la altura de tus ojos. Esto evita que estés bajando o subiendo la cabeza constantemente al mirar la pantalla. 

Si tenés una computadora portátil, tenés un poco más de trabajo por delante. El nombre de una compu o de otra nos da una clave de para qué fue diseñada cada una. La de escritorio para usarse en forma cotidiana en un lugar fijo (que se usa cada vez menos) y la portátil para ser transportada fácilmente (que se usa cada más). Si tu trabajo es siempre en el mismo lugar (o casi siempre), te recomiendo lo siguiente:

  • Buscá unos libros o alguna caja y poné tu portátil arriba de estos de forma que tu vista quede enfrentada y a la misma altura que la pantalla. ¡Tu cuello lo va a agradecer!
  • Comprate, si no tenés, un mouse y un teclado extraíble. Al ubicar el monitor a cierta altura, puede ser incómodo usar el teclado o el pad fijos.

Dos recomendaciones más sobre tu espacio de trabajo: lo ideal es que tu escritorio tenga un espacio para que puedas poner tus piernas debajo y, así, acercarte a la pantalla con todo el cuerpo (no solo con tu cuello, cual tortuga). Por último, asegurate de tener suficiente luz en tu escritorio, la radiación de la pantalla puede ser muy nociva para tu vista en un ambiente oscuro. 

Los famosos isquiones

Una vez preparado tu espacio de trabajo, te ocupás de vos, de tu cuerpo. El punto de partida para sentarnos son los isquiones. Son dos huesos que se encuentran a cada lado de la cola. En la imagen vas a ver marcado con un círculo amarillo el isquión del lado izquierdo.  

Al sentarnos sobre los isquiones evitamos compresiones sobre el sacro y la columna. Como se puede ver en la siguiente imagen, las flechas verdes muestran la dirección de las fuerzas al sentarnos sobre los isquiones y la roja muestra la fuerza al sentarnos sobre el sacro. 

Esta es una de las razones detrás del dolor de columna o cintura, como consecuencia de adoptar una mala postura frente a la computadora. Una vez sentados sobre los isquiones, el resto del cuerpo puede acomodarse y descansar sobre ellos.

Las piernas y los brazos

Una vez sentados, tené en cuenta dos cosas más: tus pies y tus rodillas. Las plantas de los pies tienen que estar 100% apoyadas sobre el piso. Si no llegás, te recomiendo usar una caja (o algo parecido) o un apoyapies. Con respecto a las rodillas, fijate que, al estar sentado, no superen la altura de la cadera (ideal a 90°). 

Para terminar, te voy a explicar cómo ubicar los brazos con la ayuda del siguiente cuadro:

Estructura a acomodar Posición a adoptar
HombroRelajado, sin elevarlo. 
AntebrazoRelajado y apoyado completamente sobre el escritorio. Los codos apoyados también.
MuñecaRelajada y apoyada completamente sobre el mouse o sobre el teclado (ver imagen). 
DedosRelajados, apoyados sobre el teclado y apuntando hacia adelante. 

En la imágen podemos ver cómo los dedos y la muñeca están relajados, apoyados sobre el mouse y apuntando hacia adelante. 

Llegamos al final.

No te vuelvas loco si no podés incorporar esto de un día para el otro. Lleva tiempo y práctica. Pensalo como un juego, explorá y redescubrí tu espacio de trabajo y tu cuerpo. Lo importante es tomar conciencia y, de a poco, aprender a cuidarnos en el trabajo. 

Si querés leer más sobre este tema te recomiendo estas otras entradas que escribí:

El sedentarismo y entrenar para estar sentado (parte I)

El trabajo frente al escritorio. Prevención y salud

Cuál es la función del músculo Psoas Ilíaco y su relación con el sedentarismo.

Recuperemos nuestra mente. 

El trabajo frente al escritorio. Prevención y salud.

Todos sabemos (o, al menos, sospechamos) que estar largas horas trabajando frente a la computadora puede dañar nuestra salud. Algunos, concientes de ello, intentan modificar la postura al momento de trabajar. Otros hacen cambios significativos en la organización de su escritorio (moviendo la pantalla de lugar, agregando un teclado, comprarando una nueva silla, etc).

Trabajo de escritorio. PH: Annie Spratt.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, el sedentarismo sigue siendo un problema para quienes trabajan largas horas frente al escritorio. El inconvenente principal que veo y que engloba toda la problemática en general, es el enfoque que se le dá. Me resulta evidente que no se trata solamente de incorporar una serie de posturas generales y de mover un par de muebles. Es más allá de eso. Se trata de generar cambios de hábito en nuestra forma entera de trabajar. Tenemos que aprender a estar frente al escritorio sin sacrificar nuestro cuerpo en el proceso y a prevenir malestares, en lugar de naturalizarlos.

En otras palabras, tenemos que entrenar a nuestro sistema para que pueda estar sentado y ,en paralelo, adecuar el espacio de trabajo a nuestras necesidades y no al revés.

Cambiar hábitos es quizás una de las cosas más difíciles de hacer. Requiere que trabajemos concientemente en ello todos los días y que salgamos una y otra vez de nuestra querida y amada zona de confort. La buena noticia es que una vez que cruzamos la linea de la comodidad, mantener el cambio se vuelve más fácil día a día. Lo que parecía imposible antes, se vuelve parte de nuestra rutina.

Menos tiempo sentado. Más productividad.

El principal cambio de hábito está vinculado al tiempo y al movimiento (o su ausencia). Trabajar sentado más de 40 minutos de corrido puede ser un exceso para nuestro organismo. Ni hablar si pensamos en 8hs todos los días todo el año. La verdad es que no nos damos cuenta del costo físico y mental del sedentarismo:

  • Deterioro de las articulaciones y músculos.
  • Estancamiento de la circulación.
  • Estrés del sistema nervioso.
  • Complicaciones en el sistema digestivo y respiratorio.
  • Agotamiento.

Entre otros.

Todo nuestro sistema (músculos, articulaciones, etc) trabaja para mantener una postura fija frente al escritorio y ese trabajo tiene un costo.

Para prevenir el desgaste y agotamiento de nuestro organismo hay que empezar por lo básico: evitar permanecer más de 30/40 minutos sentados en el misma posición. Suena imposible pero no lo es realmente. Eso sí, hay que tomarse el tiempo y tener la voluntad para mirar nuestra forma de trabajar con ojos nuevos y buscar opciones. Ser creativo y pensar soluciones que se adapten a tus necesidades y demandas laborales.

Te dejo una propuesta: dividí tu trabajo en pequeñas tareas o bloques. Cada vez que logres completar una tarea, parate, buscá un mate, andá al baño; elegí vos, cualquier excusa es buena para moverse un poco.

Post it para organizar tareas. PH: Kelly Sikkema

Comparto un ejemplo de un caso hipotético que se puede aplicar a un diseñador gráfico trabajando en un logo:

-Tarea macro: diseñar un logo.

-Tareas micro: definir objetivos del logo, buscar inspiración online, analizar la competencia o qué hacen en el mismo sector, elegir colores, hacer un boceto del logo, etc.

Cada tarea micro se puede hacer en un tiempo y con una postura determinada. A cada tarea el diseñador le puede dar una forma y un tiempo, y eso incluye a la manera en que dispone el cuerpo para realizarla.

La ventaja de este sistema, además de que nos incentiva a movilizar el cuerpo, es que al terminar una tarea tenemos una sensación de recompensa y de conclusión. Sentimos muy concretamente que vamos avanzando a lo largo del día. Ese dinamismo de la propuesta nos puede cambiar el humor y la energía. Para hacer la lista podés usar el word, el bloc de notas, una hoja de papel o usar post its para enumerar tus tareas.

La alimentación en el trabajo

Si hablamos de cuidar y entrenar nuestro organismo para el trabajo, no podemos dejar de lado la alimentación. No te preocupes, no voy a hablar de dietas. Voy a hablar de hábitos de alimentación en el trabajo.

En este punto las aguas se dividen: comés mientras que trabajás o hacés un corte para comer. ¿En qué agua nadas vos?

Para el primer grupo: los que comen en horas laborables.

Cuando se trata de comer, el multitasking es mala idea siempre. Todos podemos recordar lo que pasa a veces cuando comemos al mismo tiempo que queremos contar una anécdota. Además de que la otra persona se distrae de nuestro relato porque ve todo lo que comemos, corremos el riesgo de atorarnos al tragar. Respiramos o tragamos, ambas al mismo tiempo, nunca. Del mismo modo, el sistema nervioso que regula los ciclos de actividad/reposo y digestión no hace bien su trabajo ocupándose de dos tareas al mismo tiempo: la digestión y estar alerta a las demandas del trabajo van por caminos separados.

Durante la digestión la sangre va al sistema digestivo. Durante el trabajo, hacia el cerebro y el sistema locomotor. En el multitasking, la sangre no logra cubrir todas las áreas y la demanda. No haces bien ninguna de ambas.

Entonces, cuando hacemos multitasking de trabajo y comida, el mensaje se divide y ninguna de las dos tareas se completan correctamente. Esto impica un gran desgaste para nuestro organismo.

En conclusión, tomate unos minutos, frená el trabajo y dedicate a comer. Y cuando trabajes, dedicate a la tarea puntual. ¿El celular? Guardalo. Revisar la hora o desbloquear para ver una notificación cuenta como multitasking.

Multitasking. PH: the creative exchang.

Para el segundo grupo: los que se toman un rato para comer.

Esta situación es más ideal que la anterior. Aunque entiendo que depende de lo que trabaje cada uno estos «ratos libres» pueden ser menos frecuentes o que directamente no puedan ser una opción.

Te recomiendo que elijas bien qué alimento ingerir. Recordá que los tiempos de digestión de los alimentos varían. Por ejemplo, la carne tarda horas y, las verduras, solo unos minutos. Ese tiempo de digestión es clave para regular tu energía durante la jornada laboral.

También te recomiendo que dejes el celular de lado mientras comés. Una sola tarea a la vez es un alivio para nuestra mente y un regalo para nuestro cuerpo, que también necesita descansar.

Cambiar nuestros hábitos en el trabajo con respecto al sedentarismo y a la alimentación son un primer paso. En la próxima nota les voy a contar sobre las posturas recomendadas para sentarse frente al escritorio, buenas formas de organizar tu espacio de trabajo y actividad física recomendada para entrenar el cuerpo.

Si tenés dudas te invito a dejar algún comentario o escribirme por privado por las redes.