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Experiencias y reflexiones de la clínica osteopática.

¿Cómo afronta la Osteopatía una lesión de hernia de disco?

Las lesiones, dejando por fuera los accidentes,  no se generan de forma aislada. Siempre hay un terreno fértil previo que contribuye a la formación de la lesión.  Entonces, el primer paso del osteópata va a ser entender el terreno. A partir de la información de la anamnesis (preguntas para armar la historia clínica), de la observación y los testeos, para el final de la sesión el osteópata tiene un diagnóstico de qué condiciones pueden haber generado la lesión.

El tratamiento estará enfocado en desarmar, junto al paciente, ese camino que llevó hacia la lesión y en generar un plan para mejorar la lesión ya existente. En el caso de la hernia de disco, desarmar el camino que llevó a que la hernia se genere.

El origen de la lesión puede ser muy diverso, por ejemplo: contractura muscular, rectificación de la columna, malos hábitos de postura, diferencia de altura de miembros en forma prolongada, tensiones digestivas, etc.     

¿Qué es una hernia de disco?

Imagen de la columna vertebral lumbar. Arriba izq. vértebra tipo lumbar, a la der. el disco intervertebral. Abajo izq. articulación entre dos vértebras lumbares vista desde atrás, a la der. imagen de perfil de la columna lumbar con los discos entre las vértebras. Fuente: Atlas Netter.

Antes de hablar de las Hernias de Disco vamos a hablar brevemente de cómo está compuesta la columna vertebral. Está formada por un apilamiento de huesos (33 para ser exacta) que se articulan entre sí.

Entre hueso y hueso hay una estructura ovalada plana llamada disco intervertebral que está compuesta por una parte periférica llamada anillo fibroso y por una parte central central llamada núcleo pulposo. La función de este disco es amortiguar las presiones de la columna.

Cuando un lado del disco recibe más presión que otro, el anillo se lesiona y parte del núcleo pulposo sale hacia afuera en pequeñas o grandes cantidades (pequeña=protusión discal, grande=hernia discal) y genera irritación en estructuras cercanas (nervios),lo que genera dolor.

Las protusiones y las hernias discales están presentes en la mayor parte de la población. A veces no generan síntomas. Pero muchas veces, si no están muy avanzadas, se reabsorben solas. Pero ojo, no significa que no podamos hacer nada para prevenirlas o para mejorar nuestra condición una vez que ya las tenemos.

Lo que hay que entender es que la columna es sensible a presiones y tensiones externas e internas. Como usuarios y habitantes de nuestro cuerpo tenemos que ser conscientes de esto y amortiguar el impacto lo más posible.

Una hernia discal vista desde arriba. El núncleo pulposo sale hacia atrás y contacta con el nervio generando una presión. Fuente: Atlas Netter

 

Algunos consejos:

-Tener hábitos posturales sanos en el trabajo. Especialmente los que pasan mucho tiempo sentados o los que levantan peso. 

-Si haces algún deporte o actividad física, incluí ejercicios de elongación y estiramiento. Si jugás a nivel competitivo, complementá la actividad con ejercicios de fortalecimiento muscular. Los músculos sanos y fuertes ayudan a compensar las tensiones que recibe el cuerpo. Si están tensos y débiles generan más tensiones.

-Usá buen calzado. Desgraciadamente no caminamos más sobre pasto y tierra. Mayormente caminamos todo el día sobre cemento o pisos duros. Nuestro cuerpo no está preparado para recibir este tipo de impacto en forma constante. Mi consejo es usar calzado con cámara de aire o similar (que amortigüe). Si tenes pie cavo o plano, consulta si deberías usar plantillas.

-A la mañana, estirá. Las fascias, una red de tejido que une todo el cuerpo, se encuentra más blanda cuando nos despertamos. Aprovechá  ese momento para lograr un estiramiento general. 

-Como regla general, dormí boca arriba o de costado. Evita dormir boca abajo. Usá una almohada que le permita a tu cabeza permanecer en una posición alineada con respecto a la columna.

 

Recuperemos nuestra mente.

Después de pagar unas cuentas y transitar una larga fila, vuelvo a casa reflexionando. Me di cuenta que, más allá del fastidio de hacer la fila, había otra parte de mi que había disfrutado de estar ahí. Al rato fue evidente: estaba ahí haciendo una única tarea. Instintivamente había dejado mi celular en casa. Cada vez estoy más consciente de la paz que siento cuando, por un rato, dejo de lado mi celular y la compu.  

Me parece importante aclarar que no estoy en contra del uso de la tecnología. De hecho, uso varias redes sociales. Tengo whatsapp, estoy construyendo una app como emprendimiento personal (tema aparte) y, además, uso este blog como medio de difusión. Veo el valor en la tecnología y, al mismo tiempo, veo las cuestiones que como usuarios tenemos que tener en cuenta. Mi intención es hablarles sobre la salud (mi terreno) y la tecnología y compartir con ustedes algunas propuestas para desarrollar un vínculo más saludable con la tecnología:

La tecnología es una herramienta

Para que nuestro vínculo con la tecnología sea saludable es importante entender que la tecnología es una herramienta. Lo que hagamos con ella o lo que ella sea capaz de hacer depende en gran parte del tipo de uso le demos como usuarios.

La vulnerabilidad de la mente ante los estímulos

Los dispositivos móviles y las aplicaciones están generando sistemas y contenidos especialmente diseñados para mantenernos online lo más posible. Buscan captar al usuario, que se quede y que vuelva varias veces. La competencia pasa por captar aunque sea un poquito de nuestra atención. En este escenario, nuestra mente queda vulnerable, saturada de información y con poco espacio para llevar nuestra atención a las cosas que realmente importan: nuestros proyectos de vida, conversaciones con familiares o amigos, cuidado físico y mental, nuestra salud, el trabajo, etc.

Disponible las 24hs

Nos instalaron el chip de que somos más eficientes estando disponibles las 24hs del día. Esto no es cierto. Con las “distracciones” constantes que recibe nuestro cerebro (notificaciones del celular, mails, llamadas, programas de televisión, audios, etc) nuestra atención se encuentra dividida y repartida en muchos focos diferentes. El resultado de esto es que nos cuesta muchísimo enfocarnos plenamente en una sola tarea y terminamos siendo ineficientes. Por ejemplo ¿notaron lo difícil que resulta leer un libro últimamente?.

Algunas propuestas para recuperar la mente:*

-Silenciar el celular y apagarlo de noche. Si lo usás como alarma, podés comprarte un reloj de mesa o analógico. Si, todavía existen.

– Configurar las aplicaciones para recibir la menor cantidad posible de notificaciones en la compu y en el celular, y así elegir cuándo consultar tu mail o ver las novedades de las redes sociales.  

– Si estás trabajando en algo importante del laburo o de la facu y necesitás concentración, probá alejar el celular y ponerlo en silencio. Por ejemplo, lo podes dejar en otra habitación o cargando lejos de tu escritorio.

-Si vas a hacer alguna compra o diligencia podes dejar el celular, llevar un libro o salir con nada. Es una buena práctica para vivir en el momento, sea lo que sea que hagas. Vas a notar que tu mente lo agradece.

Como con una relación viciosa, al principio puede que sientas resistencia al separarte de tu celular o computadora, y no van a faltar excusas para volver a retomar el hábito. Eso es la resistencia. Pero recordá, necesitás a tu mente funcionando para y con vos, en el momento, y los más pequeños cambios en nuestra rutina pueden cambiar la forma en la que vivimos, trabajamos y hasta vinculamos – con nosotros mismos y con los demás.  

 

*Avisos y condiciones: todo eso sí depende de vos.

¿Por qué es importante sentir?

Con el ritmo que llevamos hoy, el sentir perdió el lugar de privilegio que tenía en nuestra infancia o el que le dimos como humanos en otros momentos de la historia. En lugar de sensaciones y sentimientos depositamos, cada vez más, pensamientos. La mente nos hace dudar, nos confunde y, a veces, nos hace sentir mal. No porque haya algo malo con ella en sí, somos nosotros los usuarios que la estamos usando de manera poco saludable y nos olvidamos que la mente es sólo una parte de todo lo que nos conforma. Hay que tener en cuenta que la mente no es neutra, viene acompañada de nuestro condicionamiento. A veces podemos identificarlo y no oírlo, otras veces puede fallar. Es en ese momento cuando el malestar suele instalarse.

Otro punto importante a entender es que la mente no diferencia entre las cosas que pensamos y las que son reales. Si pensamos algo en cierto nivel lo volvemos real. Por ejemplo: si pensamos que somos incompetentes para realizar cierta tarea, nuestro cerebro lo va a tomar como una verdad, independientemente de que lo seamos en verdad. Evidentemente esto puede condicionar tanto limitaciones o potencias, depende de la naturaleza de nuestro pensamiento (si nos tiramos para abajo o si somos optimistas y nos alentamos todo el tiempo).

Con todo esto no estamos hablando de reprimir pensamientos ni mucho menos. No es esa la búsqueda que proponemos acá. Estamos empezando a hablar de por qué es importante acotar a la mente. Ese es el primer paso. Lo que sigue es retomar el sentir. Nuestro cuerpo es el gran protagonista.

Con sentir no nos referimos a la interpretación de lo que sentimos, nos referimos a solo sentir lo que sea que ocurre (factores externos), lo que sea que nos ocurre (factores internos), en el momento (ahora).   

Cuando logramos sentir, la mente se aquieta. En lugar de un embotellamiento de pensamientos, tenemos una ruta despejada. Cuando logramos sentir notamos cosas que no habíamos notado antes. Cuando logramos sentir vivimos plenamente el mundo interno y el mundo que nos rodea. Cuando logramos sentir no somos un ser dividido o segmentado por nuestra cabeza, somos una unidad eficiente y plena.

Además de ayudar a aliviar dolencias o malestares, la Osteopatía nos puede ayudar a reconectar con nosotros mismos. Para poder sentir y trabajar, el Osteópata entra en un silencio interno de concentración y relajación, producto de una búsqueda profunda del origen del malestar del paciente. Esta clase de silencio se puede transmitir al paciente en forma natural que, a lo largo de una o varias sesiones, va entrando en una sintonía de relajación. El Osteópata le espeja al paciente lo que siente y observa y a través del trabajo lo ayuda a sentir.          

Por eso el trabajo es conjunto y enriquecedor para ambas partes.

 

La leyenda del Ciático.

Las veces que sentimos dolor en la espalda (agregue columna, cintura, lo que quiera) solemos culpar al Ciático. Pero… ¿es el responsable? No siempre.

Arranquemos por el contexto:

La columna es un conjunto de vértebras (un tipo de hueso) que se articula o une con la pelvis. Pegados a la columna tenemos 5 plexos. Los plexos son redes de pequeños nervios, que cuando se juntan forman otros nervios más grandes (como el Ciático).

Columna lumbar y pelvis con plexos y músculos de la región. Imagen del Atlas de Anatomía Humana de Netter.

El Nervio Ciático “nace” de entre dos plexos (Lumbar y Sacro, ubicados cada uno respectivamente en esas zonas).  Luego sigue su recorrido por la pelvis y se ramifica hasta llegar el pie.

Nervio Ciático-Osteopatía Lanziano

Nervio Ciático en su origen. Imagen del Atlas de Anatomía Humana de Netter.

¿Y para qué me sirve saber esto?

Ahora podemos entender que hay estructuras que pueden afectar al nervio.

Estos plexos y el mismo Nervio Ciático, en sus recorridos, están en contacto con múltiples estructuras del cuerpo: la columna, la pelvis, músculos, ligamentos, órganos, etc.

Esto quiere decir que cualquiera de estas estructuras, potencialmente, puede presionar al nervio y/o a los plexos y,por ende, afectar al nervio. Por ejemplo: el músculo piramidal es íntimo amigo del Ciático, lo abraza. A veces, por exceso o falta de actividad física, el piramidal puede acortarse o contracturarse. Cuando eso pasa se inflama y presiona al Ciático.

Una vez que aprendimos esto podemos sacar varias conclusiones:

  • Si estructuras vecinas pueden, potencialmente, comprimir al Nervio Ciático, trabajar esas mismas estructuras (ejercicio, elongación, etc) lo pueden liberar.
  • Sentir dolor por el nervio Ciático (ciatalgia) no es cosa de la edad, no lo sufre gente mayor solamente. A cualquiera, independientemente de la edad, nos puede pasar por múltiples motivos. Por ejemplo: tensiones musculares producto de actividad física en exceso o mal realizada, posturas viciosas en el trabajo o durante el estudio, etc.

Ahora….es importante tener claro cuáles son los síntomas del nervio ciático. A veces parece que es el responsable de todos los dolores y no lo es realmente.  

Estos son los síntomas que nos pueden indicar que está comprimido el nervio ciático:

  • Dolor irradiado en el glúteo, parte de atrás del muslo, pierna, pie y, a veces, dedo gordo. Esto suele ocurrir de un solo lado del cuerpo.  
  • En general, el dolor mejora cuando caminamos o estamos acostados y empeora al ponernos de pie o al estar parados.
  • En casos más avanzados (hay casos en los que la compresión tiene larga data), se puede sentir debilidad o adormecimiento en la pierna y/o el pie.

Importante.

Si sentís alguno de estos síntomas: cuidate, prestá atención y consulta a un profesional de salud para que haga un diagnóstico.

Finalmente, nos preguntamos… La Osteopatía, ¿trabaja estas dolencias?

Sí y no. Podemos ayudarte a sentirte mejor y que esas tensiones que están generando dolor se alivien. Sin embargo, recordá que el protagonista acá sos vos. Tu cuidado personal y salud dependen de vos. Recordá también que estos dolores no vienen a molestarte (aunque a veces duelan mucho). El dolor es tu cuerpo expresándose, queriéndote decir algo. Escuchalo y aprovecha de sacar un aprendizaje de esto.  

Rectificación y Osteopatía.

Comencemos con algunas definiciones para aclarar el panorama….

La columna vertebral es un conjunto de vértebras (huesos) que se disponen en forma apilada. Entre vértebra y vértebra se encuentran unas “almohadillas” de cartílago llamadas discos intervertebrales que cumplen principalmente una función de amortiguación.

La columna tiene cuatro porciones: la cervical, la dorsal, la lumbar y la sacro-coxis. Lo que dicen los libros, a su vez, es que hay dos tipos de curvaturas “normales” o esperables.

Por un lado, las curvaturas lordóticas, que corresponden a los segmentos lumbar y cervical y por otro, las curvaturas cifóticas, que corresponden a los segmentos dorsal y sacro-coxis. En el primer caso los segmentos tienen una forma de “S” y en el caso de las cifosis tienen una forma de “C”.   

La rectificación de la columna vertebral implica la alteración de alguna de estas curvaturas. Significa que en lugar de haber una curvatura en forma de “S” o de “C”, va haber una curvatura recta, sin o casi sin curvas.

Rectificación Cervical-Osteopatia Lanziano

Ejemplo de rectificación cervical. Izq. rectificado. Der. «normal».

Implicancias

Para entender las implicancias de las rectificaciones en la columna, es útil visualizar a la columna con curvas, como un resorte, y a la columna sin curvas (rectificada) ,como un palo.

El resorte, cuando es sometido a peso, es capaz de amortiguar lo que recibe y minimizar el impacto. El palo no tiene esa capacidad. Todo el peso impacta directamente sobre él y si recibe estímulos en forma continua, hasta puede romperse.

Nuestra columna, con sus curvas, hace lo mismo: amortigua el peso que recibe y, de esta manera, minimiza el impacto y evita posibles lesiones.

Cuando esta curvatura no está presente tenemos que saber varias cosas:

-No hay nada que haya fallado en nuestro cuerpo. No hay nada malo. El cuerpo arma su estructura según los estímulos que recibe, según sus posibilidades, etc.

-Hay mucha cosas que podemos hacer para mejorar nuestra capacidad de amortiguación con la columna que tenemos.

-El diagnóstico de rectificación no siempre es correcto y no es determinante. A veces las contracturas musculares, cuando son intensas, pueden borrar las curvaturas.

Frentes: Prevención y tratamiento.

La prevención consiste en tomar conciencia en nuestro día a día de cómo levantamos peso y evitarlo cuando es posible. En el siguiente esquema se muestra la forma correcta.

osteopatia lanziano-rectificación-peso

Cómo debemos levantar peso.

La clave: el peso lo más cercano posible a nuestro cuerpo y usamos la fuerza de nuestro dos brazos por igual y flexionamos las dos rodillas (Figura C).  

En cuanto al tratamiento, está bueno combinar actividad física con alguna terapia médica que acompañe. Si, por algún motivo, no podés dejar de levantar peso (trabajar levantando cajas, mudanza, etc) o realizás actividades de impacto (deportes, danzas, etc.) es recomendable que comiences ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de las zonas requeridas en la actividad que practicás.  

En líneas generales se recomienda realizar actividades físicas como yoga, pilates y natación ya que proponen movimientos de estiramiento y sin demasiada impacto. Si no te agradan estas actividades, consulta con tu médico o profesional de la salud para evaluar otras opciones.

La Osteopatía puede colaborar en la recuperación de la movilidad de un segmento rectificado, actuar en forma preventiva de los posibles síntomas (dolores de cabeza, mareos, dolores de cuellos, bruxismo, etc) y, con tiempo, liberar las articulaciones comprimidas y aliviar tensiones musculares y de estructuras cercanas, minimizando la rectificación.

Osteopatía veterinaria, una historia de amor.

A fines del año pasado mi mejor amigo, amor incondicional, alegría constante y compañero de vida, Bambú, partió hacia otra nueva aventura. Como un duque y en paz, en sus términos. Seguro está en un mundo lleno de huesitos y medias para robar.

Bambú vivió 13 años llenos de vida y amor. Cada día que le tocó vivir, él estaba presente, ahí, en el momento. Experiencia que rara vez los humanos podemos tener.  

Lo extrañamos muchísimo y por sobre todo su ausencia física se nota todos los días. Lo que permanece son sus enseñanzas y el amor que compartimos.

Bambú, además, fue mi primer paciente de osteopatía no-humano. Diría que fue un maestro durante mi formación en osteopatía.

Lo más importante que aprendí con él es el respeto. Por la vida, por la inteligencia que opera, que excede nuestro entendimiento. El tiempo del tratamiento lo elegía él. Me hacía saber con mucha claridad cuándo la sesión terminaba para él.

Otra cosa que aprendí de Bambú es la entrega profunda. El dejarse ayudar y participar plenamente desde adentro.

Especialmente en el último tiempo, que estaba enfermo, era asombrosa su capacidad de recuperación y su apuesta por la vida. Otra lección importante. Hasta el último momento quería estar acá. Conectando. Moviendo la colita. Sabía del privilegio que es la vida. El milagro que significa.      

En cuanto a la anatomía, me llevó a un nuevo mundo que es la anatomía comparada en animales. Temática apasionante para los que nos gusta la anatomía y sabemos apreciar las adaptaciones de la naturaleza en cada especie.

Al osteópata que no haya experimentado el trabajo con animales, se lo recomiendo. Lo considero como pieza fundamental en la formación y en el entendimiento de las leyes de la naturaleza. A continuación, les comparto un par de consejos de mi experiencia personal,  para quienes hagan osteopatía con animales por primera vez:

  • Los animales son muy intuitivos y son sensibles a la energía que transmitimos. Es importante transmitir seguridad con nuestro toque.
  • Abrir el corazón. Si nuestra intención es buena, ellos lo saben y lo van a agradecer. Transmitir al animal un toque seguro y amoroso puede ser increíblemente sanador para el osteópata y para el paciente.   
  • Respeto. Estar atento a las señales. Si algo le molesta al animal, lo va a expresar.
  • Antes de arrancar con un tratamiento, dejar que el animal te vea y huela. Darle tiempo para que te conozca, acepte tu presencia y la invitación al tratamiento.
  • Empezar el trabajo con unos mimos puede ser una buena forma de contactar. Evitar cabeza y panza al comienzo.  
  • Los tiempos de la sesión suelen ser más acotados que con humanos. Una sesión de una hora puede ser mucho para ellos. Tratar de ser conciso con el trabajo.

Qué es la Osteopatía.

Cada semana tengo una respuesta distinta.

Y no es por confusión o por falta de conocimiento (que en otras áreas me podría pasar). Tiene que ver con que la osteopatía es una disciplina viva y cambiante.

Como una semilla.

Entendemos qué clase de árbol saldrá de ella una vez que pasa un tiempo, crece, y dejamos que las ramas armen su propia obra.

Sólo la entendemos al vivirla, tanto si somos pacientes como si somos el terapeuta.

De todas formas, vamos a usar algunas palabras a modo de acercamiento…

La osteopatía es una medicina, una ciencia, un arte y una filosofía.

Las herramientas de trabajo: las manos.

Nuestro foco está en lo particular y en la totalidad del paciente. Esto quiere decir que tanto en el estudio, como en nuestro consultorio, le prestamos atención al detalle. Sin perder la noción de que el ser humano es un todo y que por ello debe ser tratado como tal,  no como la sumatoria de sus partes.

Nuestra referencia principal es el movimiento. La ausencia de movimiento es un terreno fértil para el desarrollo de dolores, malestares y enfermedades. Cuando el movimiento es libre, en cambio, hay espacio. La sangre irriga y drena (junto con el sistema linfático). La inervación llega a los tejidos.

Cuando el movimiento es libre, hay salud.

Ejemplo: El nervio mediano, por la tensión de los tendones que pasan por la muñeca, se comprime. Esa tensión genera dolor en la mano por la falta de libertad de movimiento del nervio.

¿Qué es la Osteopatía? ¡Qué pregunta!

A modo de síntesis, para seguir ampliando la definición, comparto los principios de la osteopatía dictados por la OMS:

-El ser humano es una entidad funcional dinámica, cuyo estado de salud es influenciado por cuerpo, mente y espíritu.

-El cuerpo posee mecanismos autorreguladores y es naturalmente auto sanador.

-La estructura y la función están interrelacionadas en todos los niveles del cuerpo humano.

Fuente:

OMS (2010). Parámetros para la formación en osteopatía. Puntos de referencia para la formación en medicina tradicional/complementaria y alternativa. Suiza. 

Cómo llevarse bien con la tensión muscular.

¿De dónde viene la tensión muscular? ¿Por qué nos contracturamos tan fácilmente?

Hay más de una respuesta a esta pregunta. Depende del contexto y de la persona.

Sin embargo, podemos explorar algunos puntos generales que pueden ayudar a aclarar el panorama…

En el día a día se puede decir que actúan dos sistemas: el sistema nervioso simpático y el parasimpático.

El primero es el encargado de llevar a cabo nuestros mecanismos de defensa, lucha o huída. Entre otras cosas, dirige la sangre a los músculos y acelera el corazón.

El otro sistema, el parasimpático, es lo opuesto. Se activa en momentos de reposo o de descanso y cuando comemos. La típica fiaquita después de comer es el sistema parasimpático en acción. En este caso la sangre va hacia el sistema digestivo principalmente. Nos da sueño y buscamos el reposo.

Por eso nos dicen, por ejemplo, que no es conveniente meterse a la pileta después de comer. Nuestro cuerpo pone su atención en la digestión, no en los músculos para nadar. Les confieso que nunca le di bolilla, siempre me metí a la pileta después de comer. No digan nada.

Cuando una situación de estrés se presenta (de cualquier tipo) nuestro cuerpo reacciona. Eso puede ser muy útil si, por ejemplo, te persigue un loco con cuchillo.

El problema es cuando esa sensación de amenaza es constante en nuestra cabeza. Ésta no distingue la diferencia entre un pensamiento o sensaciones de peligro, de una situación “real”.

Esto significa que vamos a estar en un estado de alerta constante y ,por lo tanto, tensionados (y con otros posibles trastornos, por ejemplo, digestivos).

El reto ahora, es qué hacer con esta información…

Por lo pronto, saber todo esto, es útil.

Señala la importancia de aprovechar los momentos de descanso. Dormir apagando la cabeza sin desenchufarla de golpe por falta de batería o sobrecarga. Es importante que exista una transición entre un sistema y otro.

Mejor dar lugar a que otro sistema opere cada tanto. Que no domine siempre el sistema de defensa. Nos invita activamente a buscar momentos para nosotros. Comer con tranquilidad, por ejemplo. Sólo comer. Sin usar el celular, sin mirar la tv, sin pensar en millones de cosas que nos preocupan. Sólo comer, aunque sea por unos minutos, destinar energía a esa tarea.

Otro punto importante es entender que en esos momentos de tensión, nuestro cuerpo acude en nuestra ayuda. Nos prepara para enfrentar una amenaza. El tema no es censurar las reacciones del cuerpo si no hacer un cambio en la información le enviamos.

Además de mandar información de estrés y preocupaciones, dar información de descanso y tranquilidad, aunque sea por unos minutos, independientemente de la circunstancia.

Con esto podemos generar una diferencia y disparar futuros cambios.

En la Osteopatía podemos tratar las tensiones musculares desde esta perspectiva, entre otras. Tratamos de identificar, junto al paciente, el origen no siempre visible de su malestar. Puede estar vinculado tanto con la sobreestimulación de su sistema nervioso simpático como con otros motivos.

En una sesión de osteopatía puede presentarse este escenario y es parte de lo que tratamos en el consultorio.

Cómo llevarnos bien con la tensión muscular

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